Axinomancia

La axinomancia es un método de adivinación de tal antigüedad que ya Plinio (23-79 d.C.) hablaba de ella en su Tratado de historia natural. Esta forma de tratar de anticipar el futuro se puede usar de dos formas, según qué tipo de consulta se lleve a cabo:

El primero de los métodos conocido como hallar el tesoro requiere una ágata redondeada. Calentamos al fuego el metal del hacha y depositamos la gema encima. Puede ocurrir que el ágata no se mueva, en cuyo caso no existe tal tesoro; o puede pasar que ruede y se caiga.

Si ocurre lo segundo, la repondremos tres veces. En caso de que en las tres ocasiones ruede hacia el mismo lado, sí existe un tesoro, algo que no ocurre en caso de que la piedra se mueva en direcciones diferentes.

El segundo método de adivinación, para [descubrir a unos ladrones], requiere poner el hacha en tierra, con el hierro hacia abajo y la madera de pie, en el aire. Acto seguido, hay que bailar alrededor del mango hasta que el hacha se caiga. El palo va a indicar la dirección que han tomado los ladrones.

A ojos contemporáneos puede parecer un método absurdo, pero la axinomancia se menciona ya el Salmo 73 de la Biblia, en el que ciertos adivinos predicen la caída del templo de Jerusalén.

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