Encromancia

En 1920, una vidente llamada Luci Vidi, de la que realmente se sabe muy poco, empezaba a usar manchas de tinta de sobre papel para adivinar el futuro. Nacía de esta forma la técnica de adivinación conocida como encromancia, relativamente moderna, como ves.

Las manchas de tinta en el papel nacen de una parte muy personal del individuo, si bien el intérprete puede, por supuesto, equivocarse.: no deja de ser una forma de tratar de aprehender algo tan etéreo y cambiante como el futuro. La encromancia requiere un folio, un portaplumas y una pluma de boquilla larga.

Una vez tenemos los materiales, doblamos en dos, verticalmente, el folio en blanco. Escribimos nuestro nombre, apellidos y la pregunta que queremos hacer. Nos concentramos en la consulta. Acto seguido, dibujamos un punto en la parte superior derecha de la hoja.

El siguiente paso de esta forma de adivinación consiste en repartir trece manchas de tinta azul en distintos lugares del folio, usando, si es posible, una pluma larga en un portaplumas. Doblamos la hoja y la aplastamos suavemente con el puño. Dejamos que se seque y, encanto lo haya hecho, podemos desplegarla.

Para interpretar las manchas dividiremos el folio horizontalmente en tres partes: la superior se refiere al futuro; la central, al presente; y la parte de abajo habla del pasado del consultante y a raíz de su pregunta.

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